Que el fitness es tendencia no es algo nuevo, por mucho en el último año el ejercicio físico se haya situado en primera línea en la lucha contra la pandemia. De ahí que, ahora más que nunca, este sector se haya convertido en un valor refugio o, al menos, en una inversión interesante. Así lo demuestran las inversiones realizadas por las grandes estrellas del deporte, que han centrado el tiro en las compañías de fitness conectado. LeBron James acaba de entrar como accionista y embajador de Tonal, una empresa de entrenamiento de fuerza para el hogar que utiliza la inteligencia artificial para adaptar la sesión a las condiciones y motivaciones de cada usuario.
Su valoración rebasa los 1.600 millones de dólares (1.418 millones de euros), y desde su fundación en 2015 ha levantado más de 450 millones de dólares (398 millones de euros), parte de ellos conseguidos a través de deportistas de élite que no han querido dejar escapar la oportunidad de invertir en el home fitness. Entre ellos está Serena Williams, cuyo fondo Serena Ventures ha apoyado a más de treinta compañías del sector de la salud, el deporte y la alimentación. Fue de las primeras atletas que entró en el capital de Tonal.
En esta empresa también han invertido las dos estrellas de los Golden State Warriors, Stephen Curry y Klay Thompson; los NBA Paul George y Rudy Gay, la extenista Maria Sharapova, el exjugador de fútbol americano Tony Gonzalez, el linebacker de los Seattle Seahawks, y la jugadora de golf Michelle Wie.
A la industria del fitness también se ha sumado Kevin Durant, que acaba de lanzar una compañía de cheque en blanco (Spac) para invertir 200 millones de dólares (177 millones de euros) en “plataformas tecnológicas que supongan una disrupción para el mercado tradicional del deporte, la salud y el wellness”. A las inversiones que están por llegar, se suma su apuesta por la app de entrenamiento online Future, de la que ya es accionista, junto a los wearables Whoop. En esta empresa también ha puesto capital Patrick Mahomes.
Los jugadores de la NFL Aaron Rodgers y Travis Kelce no se han quedado atrás y han participado en la última ronda de 200 millones de dólares (177 millones de euros) que ha cerrado los remos inteligentes Hydrow. Esta compañía, que ahora está planeando su salida a Bolsa, multiplicó por cinco sus ventas en 2020, año marcado por la pandemia, y ya mueve más de 2.200 millones de dólares (1.950 millones de euros).
Si el driver de las inversiones ahora está siendo el fitness conectado, en el pasado fue el fitness convencional. Cristiano Ronaldo llegó a firmar una joint venture para expandir la cadena estadounidense Crunch Fitness por España; Fernando Torres creó su propia cadena Nine Fitness, que opera tres instalaciones en la Comunidad de Madrid, y Rafinha invirtió en el estudio de artes marciales Templum BCN. El exjugador del Athletic Club, Aitor Ocio, también opera tres clubes deportivos, y Sergio Ramos apoyará el desembarco de la marca John Reed en España.
Al otro lado del Atlántico, el exjugador de la MLB, Alex Rodríguez, es uno de los masterfranquiciados de la cadena de estudios UFC Gym, controlada por la promotora de veladas de artes marciales mixtas (MMA), y el ala-pívot de la NBA, Draymond Green, también opera su red de gimnasios franquiciados con Blink Fitness, la cadena de gimnasios low cost del grupo Equinox, uno de los principales operadores de Estados Unidos.
Antes de que estallara la pandemia, los gimnasios movían un negocio de 96.700 millones de dólares (85.728 millones de euros) en todo el mundo, prestaban un servicio que atendía a 184 millones de clientes y operaban 210.000 instalaciones. La Covid-19 ha reducido los ingresos de los operadores, pero también ha catapultado a máximos el negocio que mueven las app de entrenamiento online y las empresas de fitness conectado.
Un estudio de mercado de Allied Market Research apunta a que el sector del fitness virtual moverá 59.230 millones de dólares en 2027 (52.925 millones de euros), lo que supondrá un crecimiento medio anual del 33,1% durante los próximos seis años. En 2020, esta industria movía cerca de 8.000 millones de dólares (7.092 millones de euros), por lo que las perspectivas de crecimiento son un atractivo para los inversores.
Fuente: 2playbook