La crisis de suministros y las trabas en las importaciones está dejando sin césped sintético y pelotas a las pistas de pádel y de tenis

El 80% del material deportivo que se importa , fundamentalmente, de China pero también de otros países asiáticos como Vietnam o Indonesia- llega al país por vía marítima.

La crisis global de suministros está engullendo el stock de casi todo y amenaza con dejar algunos estantes vacíos sin que los centros de producción y las cadenas logísticas puedan hacer demasiado por solucionarlo.

A la demanda fortísima de China y en menor medida de otras economías en plena recuperación se han sumado los paros en sus fábricas o para contrarrestar una factura eléctrica difícilmente asumible, la escasez de materias primas, el atasco del comercio marítimo, la falta de contenedores y la escalada en vertical del precio de los fletes… Los últimos en padecer este aquelarre de ‘shocks’ económicos han sido los aficionados al pádel y al tenis… No hay pelotas.

El problema no se limita a las pelotas de pádel o tenis… o a las palas y las raquetas, sino que afecta desde hace unos meses al calzado, al textil y al césped sintético.

La falta de dólares, en argentina, comenzó a pesar sobre el comercio exterior de manera sutil pero creciente. Es un inconveniente con grises y aristas, pero los importadores reclaman al Ministerio de Producción por 900 licencias no automáticas (LNA) no otorgadas desde marzo hasta la fecha. Entre los productos no autorizados hay monopatines, césped sintético y pelotas de pádel, asegura Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales.

De acuerdo con la Cámara de Importadores (CIRA), que lleva un registro de las licencias no autorizadas de sus 1300 socios -en su mayoría pymes que se dedican al comercio exterior, sobre un total de 4000 importadores que hay en el país-,se empezaron a detectar «retrasos anómalos “.

La entidad asegura que eleva reclamos, pero que la Dirección Nacional de Gestión Comercial, a cargo de la respuesta, «no atiende ni por teléfono ni por mail, y que el sistema de Trámites a Distancia (TAD) funciona intermitentemente».

Esas licencias generalmente quedan en estado observación con el rótulo «otros motivos» al momento de especificar la razón por la que están trabadas, lo que hace que no haya una forma simple o rápida de destrabar el trámite, simplemente porque no se conocen las causas que lo frenaron en primer lugar, explican los importadores.

Según voceros de la cartera, «alrededor del 92% de las solicitudes de importación se autorizan en menos de 48/72 horas hábiles desde su presentación» y únicamente «un saldo aproximado del 6%» de las SIMI queda pendiente por «errores de carga, inconsistencias y faltantes de información solicitada o por no superar los controles específicos que existen para garantizar previsibilidad y seguridad en el mercado».

El objetivo del control sobre las importaciones, según Producción, es asegurar que el bien que se está importando resulte seguro para el medio ambiente y las personas, que se cumplan los reglamentos técnicos que establece la legislación nacional y que no existan indicios de actitudes desleales, tales como desviaciones de comercio o subfacturación de importaciones.

Sucede que 2021 fue un año particular. Con una brecha entre el dólar oficial y el paralelo que llegó al 150%, se activaron comportamientos de cobertura, como el adelantamiento de importaciones y el retraso de las exportaciones, a la espera de una supuesta devaluación del dólar mayorista que llegaría por presión de lo que sucedía en los tipos de cambio libres.

A los datos que surgen de LNA en observación se suman formas más sutiles de cerrar el grifo de los dólares para importar. Generalmente, los grandes importadores, como las plantas industriales de gran tamaño, hablan directamente con representantes del Gobierno antes de ingresar sus SIMI, y según el mes, hay reportes por lo bajo de ciertos retrasos por cuestiones cambiarias.»Las importaciones no se detienen por proteccionismo, sino porque no hay dólares», detalla el especialista”.

Las trabas para importar no son una novedad en la Argentina. El país estuvo siempre en el top 10 de las naciones del mundo con un menor ratio importaciones/PBI, explica Elizondo. «En el mundo, las importaciones equivalen al 30% del producto, mientras que acá equivalen al 14%: importamos poco, tenemos aranceles muy altos y también trabas para arancelarias», apunta.

Daniel Kan, de PADELinBOX, fabricantes de canchas de Pádel de nivel internacional, en CABA, GBA, Córdoba, Entre Ríos, explica que como importadores de algunos de los  componentes que utilizan para las instalaciones de las canchas se ve afectado por esta situación:” La suspensión de las importaciones de césped sintético para pádel afecta a clubes (que no tienen las canchas terminadas) a empresas como la nuestra (que fabrica e instala canchas de pádel), a instaladores, etc.”

Cuestiones impositivas, bloqueos a la importación, interposiciones antidumping, la problemática del transporte internacional, falta de inversión y el tipo de cambio atentan contra la posibilidad de cubrir las necesidades del consumo local.

Fuentes: La Nación/lainformacion.com/El Día

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