Fuente: TN – Barracas Central no para de crecer. El equipo del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, le dio una excelente noticia a sus socios, y les anunció que el club reformá su estadio y tendrá una obra que “estará a la altura de lo que amerita una institución modelo”.
La “sorpresa” tal como lo comunicó el club en sus redes sociales fue dada a conocer por el presidente Matías Tapia, hijo de Chiqui, en la última asamblea en la que se aprobó el balance positivo de los últimos tres años.
“Los arquitectos indicaron que de acá a 50 años será el más moderno de la Ciudad de Buenos Aires y la realidad es que vamos a tener un estadio a la altura de las circunstancias”, señaló el dirigente.
El estadio actual tiene una capacidad para 6 mil personas y con esta renovación se ampliará hasta 18 mil.
Tapia también comunicó que la participación del equipo en la Primera Nacional permitió contar con los fondos necesarios para renovar vestuarios y otras obras vinculadas a la refacción del campo de juego como trabajos de drenaje, sembrado, re sembrado y demás para contar con un campo acorde a la divisional.
Además, se amplió la pensión de jugadores para poder alojar hasta diez juveniles y se refaccionó un nuevo gimnasio totalmente equipado con máquinas, barras olímpicas, pesas, cintas, conos y materiales para el alto rendimiento.
La asamblea fue conducida por el presidente Matias Tapia junto a los Vice Presidentes Leandro Fernández y Diego Turnes, el Secretario Daniel Pagano y el pro Secretario Gustavo Pagano, acompañados por el resto de la Comisión Directiva.
Chiqui Tapia, el hombre que hizo crecer a Barracas Central
En Luna y Olavarría lo conocen como “el Comandante”. Claudio Fabián Tapia fue durante casi dos décadas el presidente de Barracas Central. El estadio lleva su nombre. Su hijo mayor, Matías Tapia, se retiró del fútbol a los 23 años para reemplazarlo en el cargo y actualmente conduce los destinos de un club con apenas .
Su hijo menor, Iván Tapia, lleva la 10 en la espalda y es uno de los emblemas del equipo.
Tapia nació en San Juan y es hincha de Boca. Pero su corazón está dividido: a los 12 años empezó a jugar en Barracas Central, llegó a Primera y desde entonces siempre siguió ligado al club. Después de su corta carrera como delantero, en 2001 asumió como presidente mientras trabajaba como barrendero y recolector de residuos en la firma Manliba, y empezaba a tejer una fuerte relación con el gremio de Camioneros. Fue donde conoció a la hija de Hugo Moyano, su esposa.
Cuando se sentó en la silla de la presidencia de Barracas, el club no podía soñar con el presente actual. Todo era el día a día, con números en estado crítico y con el riesgo de descender a la Primera D, una categoría completamente amateur. Lo consolidó en la C y en 2010 lo ascendió a la Primera B. Por entonces comenzó a hacer carrera como dirigente de la AFA representando a las mesas directivas de la C y de la B e integrando el Comité Ejecutivo, hasta que llegó a la presidencia en 2017 en medio de una fuerte crisis institucional que llevó a una intervención luego de la muerte de Julio Grondona.
Durante la temporada 2018/2019 Barracas armó un equipo fuera de serie para la B Metropolitana. Incluso, con sueldos que el resto de los clubes no podían pagar. Ganó el torneo de punta a punta en medio de crónicas periodísticas que ya avisaban de arbitrajes sospechosos. Esos errores acompañaron toda la campaña que le permitió dar el salto a la segunda categoría del fútbol argentino. Entonces, el sueño de jugar contra Boca en la Bombonera estaba más cerca.
En marzo del año pasado, un Tapia sucedió a otro en la presidencia de Barracas. Matías, defensor y con apenas 23 años, dejó de jugar para continuar con la misión de llevar al Guapo a Primera. Se convirtió en el presidente más joven de la AFA y evita hablar con la prensa para no tener que responder cuestiones incómodas.
Así como el Arsenal de la familia Grondona ganó títulos a nivel nacional y conquistó la Copa Sudamericana, el club de los Tapia quiere seguir codenadose con los grandes del fútbol argentino.