Fuente : El Cordillerano-Hoy 6 de abril es el Día Mundial de la Actividad Física, y ante la falta de movimiento como consecuencia de la pandemia, te contamos de qué se trata “Plogging” que además de promover la actividad física, apunta a recolectar desechos en la vía pública.
El plogging se hace en Argentina desde 2018 y ya cuenta con grupos organizados en todo el país. La premisa es correr, trotar o caminar y, en el mientras tanto, recolectar los desechos que se encuentran en la vía pública.
En el Día Mundial de la Actividad Física, es necesario replantearnos qué actividad diaria realizamos, ya que tras un año de pandemia mundial por Covid, el sedentarismo y sus estadísticas alarman a los profesionales de la salud.
Para practicar “plogging” se necesita ropa y calzado deportivo, un guante y una bolsa. Se hace un trote suave y, a medida que uno se encuentra con un residuo, se realizan sentadillas para levantarlo. La basura recolectada se lleva en una bolsa y se tira en el lugar indicado a lo largo del recorrido o al final.
Muchos utilizan como palabras sinónimas “running ecosostenible”. Puede realizarse en cualquier lugar, dado que, desafortunadamente hay basura por todas partes: en el campo y en las ciudades y mientras se practica cualquier tipo de ejercicio (en bicicleta, corriendo, haciendo surf). También, se pueden aprovechar recorridos diarios como el camino hacia el trabajo o un paseo al atardecer.
Por lo tanto, la falta de tiempo ya no es una excusa para no cuidar nuestro entorno. Puede hacerse mientras se practica un deporte. Los fanáticos del plogging recuerdan, además, que el hecho de agacharse a recoger un desperdicio mientras se corre o se camina supone un esfuerzo extra que ayuda a quemar más calorías y a trabajar otros músculos del cuerpo.
La iniciativa nació en Suecia, a mediados de 2017, a partir de la inquietud de Erik Ashtrom, corredor y ambientalista que buscó una solución al problema con el que se encontraba cada vez que salía a correr: una gran cantidad de residuos ya sea en la calle o en la naturaleza. Hace un par de años la movida desembarcó en la Argentina tras la iniciativa de Paula Gosso Eguia, médica veterinaria marplatense, preocupada por el impacto ambiental en el ambiente marino.