Fuente : La Nación – El mundo del fútbol ya se acostumbró a los positivos diarios de coronavirus. La cantidad de casos hace que la nueva normalidad hable de enfermos en todos planteles, comisiones directivas e incluso entre los árbitros. Central Córdoba de Santiago del Estero, Patronato de Paraná, Boca, Estudiantes de La Plata y Banfield son algunos equipos que reportaron nuevos infectados. También se recluyeron con hisopados positivos Germán Delfino (árbitro) y Martín Gorostegui (presidente de Estudiantes de La Plata). La segunda ola del coronavirus parece haberse cebado con los clubes.
En medio de la incertidumbre por las nuevas restricciones anunciadas desde el Gobierno, tanto la AFA como la Liga Profesional de Fútbol estuvieron en vilo por unas cuantas horas. Nadie sabía si el Ejecutivo resolvería parar la pelota, como hizo en marzo del año pasado en los albores de la pandemia. Desde la calle Viamonte, en las oficinas de la AFA, confirmaron que el ministro de Turismo y Deporte, Matías Lammens, le había confirmado al presidente de la entidad, Claudio Tapia, que la pelota seguiría rodando. Y que no aumentarían las restricciones, salvo el pedido expreso para que se cumplan los protocolos y se eviten las concentraciones, tal como quedó consagrado en el listado de nuevas disposiciones sanitarias adoptadas por la liga la semana pasada.
El Poder Ejecutivo sabe de la importancia del fútbol en un momento social como el que atraviesa la Argentina. También tiene a mano las estadísticas del impacto del coronavirus en los futbolistas de élite. Además, los clubes ya dejaron en claro que no soportarían otro contexto económico como el del año pasado, en el que dependieron de la ayuda estatal para pagar parte de los sueldos. Ni hablar lo que supondría para las instituciones que las empresas dueñas de las empresas de TV (Fox-Disney y TNT Sports) amenazaran con dejar de pagar el abono mensual en caso de que la actividad se suspenda. Nadie piensa en ese escenario. Ni quiere pensarlo.
El presidente Alberto Fernández, fanático de Argentinos Juniors, lleva el fútbol en la sangre. A menos de 24 horas de anunciar restricciones en los desplazamientos y de cerrar las escuelas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el mandatario debió advertir a toda la industria del fútbol por el panorama actual. Lo hizo en Radio 10: “Yo no quiero frustrar el espectáculo de la Copa América, lo que quiero es que seamos muy sensatos, muy cuidadosos”, alertó Fernández. Y agregó: “Las autoridades deportivas tienen que actuar con mucha atención. Tenemos un tiempo por delante cómo para ver cómo evolucionan las cosas y para ver cómo podemos dominar este tipo de problemas”.
El presidente también se refirió al aumento de casos en los equipos argentinos: “Me preocupa lo que pasa con el fútbol y eso que los planteles con más contagios ni salieron del país. Son planteles que no han salido de la Argentina y los contagios se repiten. Eso no es otra cosa que el producto de una sociedad donde los contagios aumentan”.
Sus palabras van en sintonía con el discurso de las autoridades sanitarias de la Liga Profesional y de la AFA: “El fútbol está inmerso en una sociedad. Y la sociedad se contagia”. El aumento de la positividad en los planteles de las últimas semanas está en línea, según los expertos, con la segunda ola de la enfermedad que se palpa en las cifras oficiales de contagiados. El fútbol, por ahora, mantiene su actividad oficial como si fuera una actividad esencial, y tal como sucede en la mayoría del continente, donde la pelota sigue rodando. En medio de una pandemia y con una positividad en la sociedad argentina que ayer superó el 35%. Es decir, casi cuatro de cada diez personas que se testean dan positivo.