Fuente: Infobrisas – Ariel Caltabiano, secretario de la Cámara de Gimnasios de Mar del Plata, contó que están «trabajando de forma normal«, pero advirtió que un tema preocupante son las tarifas donde algunos lugares recibieron facturas quintuplicadas.
Pese a seguir con buena actividad, advirtió que la situación económica que atraviesa el país «a todos nos pega». Por otro lado, consultado sobre el incremento en las tarifas afirmó que «nos vamos adaptando, a algunos ya les llegó las tarifas quintuplicadas, a otros más o menos, depende del consumo y de la zona. Todos nos estamos aggiornando a los nuevos costos porque no se puede trasladar al servicio«.
De todas formas, el secretario de la Cámara de Gimnasios de Mar del Plata consideró que «a nadie lo agarra por sorpresa porque estamos acostumbrados a que Argentina tenga estos matices. A algunos los pone más nerviosos, más atentos o con más cintura, pero es el país que nos toca y uno tiene que ir preparándose».
Por otro lado, Mauro Perrota, propietario del gimnasio Red Line, y uno de los referentes de las actividades deportivas en Mar del Plata expresó que: «La situación todavía es buena también en natatorios, canchas de pádel y de fútbol. Seguimos trabajando bien».
Pero lo bueno no dura para siempre y la coyuntura no puede esquivarse. Por eso, el empresario asegura que se van prendiendo las luces de alerta, porque los costos están empezando a ser exponenciales. «Nosotros brindamos un servicio, no intercambiamos un bien de uso. Y por eso, nuestros gastos fijos también lo son: electricidad, gas, agua, alquiler, impuestos y sueldos, que han tenido un aumento entre 30 y 40 % mensual», reconoció Perrota.
A pesar de ello, los aumentos no pueden trasladarse a los valores de las cuotas porque se volverían «impagables». «Eso baja la rentabilidad del negocio y, según la magnitud que cada uno tenga, es la espalda que tiene para afrontar una situación complicada que recién empieza», admitió Mauro.
A la vez, sostuvo: «Estamos empezando a ver las primeras consecuencias de la crisis, que es la falta de consumo. Todo se va incrementando de tal manera que en algún momento posiblemente haya gente que tenga que decidir si puede o no pagar el gimnasio frente a otras necesidades».
Mientras tanto, buscan formas para sostener la cantidad de usuarios y que la crisis no impacte de lleno en la actividad. «Es, por ahora, un periodo de atención y alerta. En unos meses realmente se va a empezar a definir un poco más cuál es nuestra realidad en relación a la cuestión económica», ponderó.