Fuente: Diario de Río Negro – Las tarifas, los aumentos en los servicios y la caída de las cuotas sociales ponen en jaque a los 24 clubes de Lifune y los 22 de la Liga Confluencia, que albergan a miles de chicos en la región. Los detalles.
El problema económico que atraviesa el país no es ajeno al deporte y los dirigentes de la Liga de Fútbol de Neuquén y la Liga Deportiva Confluencia, lo saben muy bien. A una semana del inicio de sus respectivos torneos, advirtieron que les resulta difícil costear gastos.
Los fines de semana el fútbol pisa fuerte en la región. Y es que, cientos familias asisten a la cancha para disfrutar de un espectáculo deportivo que se encarece cada vez más.
En época de inflación los esfuerzos se multiplicaron para sobrellevar la situación que se replica desde el club más pequeño al más grande del circuito.
El aumento desmedido en los servicios que ya no cuentan con un subsidio por parte del Estado golpeó el bolsillo de las instituciones que, acuden a distintas actividades como bingos, rifas, venta de comida para solventar gastos en sueldos, insumos, mantenimiento.
“Hoy tenemos un costo que asciende a los 136 mil pesos mensuales que se va a ir incrementando con el correr de los meses”
Para “remar” la crisis, los dirigentes del Naranja apostaron a mantener el precio de la entrada general, que oscila entre los 2.500 y 3.000 pesos, a 2.000 pesos para que no disminuya el número de espectadores en el Luis Maiolino.
Daniel Molina, presidente de club Fernández Oro detalló que el impacto se vio en la economía de las familias que no pueden pagar la cuota social de sus hijos, por lo tanto representa una disminución en el ingreso.
El valor de la cuota social varía de acuerdo a cada club, pero la realidad es que a las instituciones más pequeñas se les hace cuesta arriba cada fin de semana, como es el caso de club Mainqué. 500.000 pesos les cuesta hacer de local a los clubes de la Liga Confluencia por fin de semana (aproximadamente).
Raúl Romera, presidente de la institución detalló que gracias al apoyo municipal pueden sostener la actividad y financiar los viajes para jugar de visitante. Sin embargo, con el incremento de precios se vieron obligados a paralizar la construcción de un gimnasio para los 200 jugadores que entrenan en la rama masculina y femenina. “Nos cuesta hasta comprar un fútbol”, lamentó.
Diego Regazzi Harina, presidente de la subcomisión de fútbol de Atlético Regina, indicó que además de generar fondos “a pulmón” empezaron a buscar sponsors para avanzar con obras y sostener los viáticos para los jugadores que viajan desde otras ciudades para entrenar.
La situación es similar en Neuquén y se profundiza en los equipos que se encuentran en el interior de la provincia, como es el caso de Don Bosco de Zapala, que tiene que recorrer varios kilómetros para disputar un encuentro de visitante. 5.000.000 le sale a un club de Lifune el traslado de una ciudad a otra. El monto corresponde a los tres primeros meses. El costo recae en las familias y las instituciones.
“Tenemos un plan de acción con las distintas comisiones porque con la recaudación que tenemos, alcanzamos a cubrir el 60% de los gastos”, detalló Jorge Badilla, presidente de Don Bosco.
En la capital, uno de los fenómenos que demanda la atención de los dirigentes, es la disminución de las matrículas.
“Desde el inicio vemos un 30% menos de jugadores”, detalló Ariel Koon, presidente del club Confluencia. Al mismo tiempo, manifestó que «El gobierno provincial debería escuchar a los clubes, y la liga debería ayudar a los clubes con medidas excepcionales».
La crisis económica es un desafío importante para los dirigentes que tienen un torneo entero por delante. Sin embargo, “el amor por los colores” de sus clubes los mantiene de pie para seguir apostando a la competencia y el rol social que ocupa el deporte en cada ciudad.