Fuente. La Nación – El largo cierre de más de 850 gimnasios en el país a causa del Covid provocó dificultades para sostener el negocio; sin embargo, impulsados por una mayor demanda de herramientas para hacer actividad física en el hogar, los profesionales lograron vender en el país, y también afuera, clases virtuales y aparatos para entrenarse.
La constantemente renovada industria del fitness, como se ha dado en llamar a las prácticas y ejercicios que procuran un estado físico saludable, recibió como tantas otras, el impacto de la pandemia. De haber alcanzado un record histórico global de US$95.000 millones en 2019, previo al Covid, el negocio de los gimnasios sufrió un retroceso del 40 por ciento, de acuerdo con el último relevamiento difundido por la International Health Racquel and Sportsclub Association (Ihrsa). En medio del cambio de hábitos generado por el encierro, los proveedores de productos y servicios debieron renovar su oferta para atender la demanda de usuarios que reemplazaron los gimnasios por las actividades físicas en sus hogares.
Los proveedores argentinos dedicados a la exportación de productos y servicios fitness ya habían logrado incursionar en los Estados Unidos y en países europeos, territorios que “lideran ampliamente esta industria”, como indica Ihrsa. No obstante, en cantidad de clubes de fitness -antes de la pandemia- Latinoamérica se ubicaba con 61.374 en segunda posición, detrás de Europa que contabilizaba 63.644 y dejaba en tercer lugar a Norteamérica, con 47.957 locales, según el informe de esa institución.
La demanda de los países limítrofes, en los que no hay industrias, salvo en Brasil, es favorable para la Argentina
A partir de los cambios que impuso la pandemia, los emprendedores locales se adaptaron rápidamente y no sólo ampliaron su llegada a nuevos mercados, sino que se afianzaron en la región, donde esta industria “genera 6000 millones de dólares anuales y donde la Argentina lidera su penetración con un 6,75%”, según un reporte de Ihrsa Latinoamérica, en el que destaca además la “robustez de un sector en crecimiento en el que predominan las pequeñas empresas”.
En Latinoamérica, la “Argentina es un referente muy bueno y, en un contexto como éste, con la crisis de contenedores, el aumento de fletes y demoras, principalmente de los que llegan de Asia a nuestro continente, la industria nacional se abre paso con calidad y bajos costos”, destaca el experto en fitness, Guillermo Vélez, en diálogo con La Nación.
Este despegue, que los pequeños empresarios locales vienen acompañando con inversiones y poco apoyo estatal, se enmarca en la recuperación económica post Covid 19, teniendo en cuenta un informe difundido por la Comisión Económica para América Latina (Cepal). En ese análisis se destaca la necesidad de aprovechar el comercio electrónico y digital que se disparó durante la pandemia y se remarca que, “los consumidores fueron comprando en línea cada vez con más frecuencia alimentos, productos electrónicos, muebles y equipos de fitness”.
Una industria nueva que invierte
Entre los empresarios del sector consultados, el licenciado en Educación Física Ariel Osso, apunta que “la demanda de los países limítrofes, en los que no hay industrias, salvo en Brasil, es favorable para la Argentina, porque tenemos una importante capacidad en líneas de productos sobresalientes que están a la altura de cualquiera de origen chino. Pero algunas -aclara- están aún en desarrollo, porque es una industria muy nueva en el país, que necesita tiempo y apoyo del gobierno para desarrollarse”.
“La Argentina corre con la desventaja de su posición geográfica, pero ahora tenemos a favor que, al estar lejos de Asia, principal exportador dentro de nuestra región, si nuestros productos se destacan en calidad, nos imponemos por el aumento de los precios internacionales. Lo que hoy nos perjudica es la relación valor del dólar y el peso argentino que está bastante atrasado y hace que quedemos caros en alguna línea de productos”, completa Osso, proveedor de equipamientos para gimnasios, artículos para boxeo y accesorios para musculación hogareña.
Antes de la pandemia, 210.000 clubes de fitness en el mundo generaron un record en el negocio de US$95.000 millones.
Desde su empresa Soluciones Deportivas, creada en 2004 en la localidad de Ramos Mejía (Gran Buenos Aires) y dedicada al comercio exterior desde 2009, remarca que, “al surgir mucho consumo de productos hogareños por la pandemia, desde marzo de 2020 a hoy llevamos invertidos 900 mil dólares, entre nuevos equipos y ampliaciones de la fábrica”. Por lo positivo, señala que reciben “ayuda para inversión, a través de un programa del gobierno provincial”, pero encuentra que “en el país el proceso de exportación no es simple, porque van cambiando reglas y uno se tiene que adaptar todo el tiempo”.
Adecuados al hogar
Otro de los empresarios del rubro que va por más es Conrado Avaro, dueño de Ivolution, ubicada en la localidad santafesina de Sunchales, quien resalta: “Direccionamos nuestra política comercial para cubrir la necesidad generada por la pandemia y pudimos cerrar un año positivo, alcanzando a exportar un 45% de nuestra producción”. Describe que sus “productos se adecúan perfectamente al hogar, ya que ocupan poco espacio, permiten realizar gran cantidad de ejercicios y se pueden trabajar muy altos niveles de fuerza”.
Con su equipo de ingenieros, diseñadores y profesores de educación física, esta firma venía proyectándose “como proveedora de siete de las diez selecciones de fútbol sudamericano y de instituciones y clubes de Perú, Paraguay, Colombia, México, Estados Unidos y España”. Y su propietario está “convencido” de que pueden expandirse a más regiones con su línea de equipos para rehabilitación, entrenamiento y fitness, y softwares personalizados para deportistas y diversos usuarios.
En los comienzos de Ivolution, constituida en 2015, se les dio la posibilidad de exportar “por ser precursores en el desarrollo de este tipo de equipamientos que tenían pocas empresas a nivel global”. Abrirse a nuevos mercados “es cuestión de tiempo y trabajo responsable”, confía Avaro, atento por ejemplo, “a la demanda que está creciendo en los estados árabes, a los que aún no hemos tenido acceso”.
Avaro planifica con optimismo, aún cuando percibe que “está siendo difícil encontrar apoyo para invertir” y valora como una salida ventajosa, “la de buscar socios estratégicos para abrir centros de entrenamientos basados en la metodología” que ellos promueven.
Mejor con música
El ingeniero en Sistemas Jorge Parlagreco dirige Fitness Beat, que exporta equipamientos deportivos a “países del Mercosur y material multimedia (música y vídeo) a Brasil, Estados Unidos, Bélgica, Japón, Taiwan y Australia”. Destaca que, pandemia mediante, “el sector está mostrando señales de recuperación”. Esta es una “pyme familiar que comenzó en 1989 con la llegada de una nueva clase de gimnasia: la aeróbica, que utilizaba música en sus clases”, y se posicionaron como “pioneros y líderes en Latinoamérica”.
Los tres hermanos Parlagreco que fundaron la empresa y que hoy tiene locales en los barrios de Belgrano y Caballito (Caba), provienen “de la música, tanto como disc jockeys o directores orquestales. Nos convertimos en el primer sello grabador con música específica para gimnasia y luego, ya con el sello instalado, empezamos a vender en ferias internacionales. Eso nos abrió las puertas del mercado japonés, donde tenemos fuerte presencia desde 1998; después en el europeo y posteriormente en el norteamericano”.
Como el nivel profesional de aeróbica que ostentan los argentinos “es muy bueno, con campeones mundiales de competición en esa disciplina logramos introducir al mercado internacional clases de todo tipo de gimnasia con éxito, primero en VHS, luego en DVD y actualmente digital por streaming. Además, a fines de los 90 empezamos a producir y exportar equipamiento deportivo, con el ochenta por ciento de fabricación nacional”, detalla Parlagreco.
También la pyme Radical Fitness, fundada en 2004 por la pareja de profesores Gabriela y Nathaniel Leivas, produce y exporta música (algunos con covers interpretados por cantantes argentinos) y ejercicios grabados para entrenamiento de fitness grupal a Brasil y a países de Europa, Asia y África. Los realizan en sus estudios, ubicados en el barrio porteño de Villa Ortúzar. Nathaniel remarca que “la calidad del fitness de la Argentina es muy valorada en el mundo. Nuestra franquicia de Japón creció y esperamos seguir creciendo en todo el área digital del home fitness”.
Con poder de adaptación
En este rubro versátil se afianzó durante la pandemia el fitness virtual con perspectivas de mantenerse, amén de las nuevas tendencias que siguen incorporándose. Pero según lo manifestado, los expertos en este negocio saben que “el sector está siempre en constante evolución”, admite Avaro. En su caso, cuenta que tratan de “estar actualizados siguiendo las sugerencias que plantean” referentes reconocidos, como la National Strenght and Condition of American (Nsca), entre otras asociaciones.
Parlagreco estima que ambos sistemas “van a convivir”, pero que el virtual no reemplazará al presencial, porque no cubre “la parte social que permite un gimnasio”. Coincide con Ariel Osso en que “las tendencias surgen en Europa y se tecnifican en los Estados Unidos, para luego masificarse en Oriente y después llegar a nosotros”.
No obstante, el propietario de Fitness Beat rescata que en los 90 los argentinos del sector “fuimos formadores de tendencias”, y pone en relieve “la capacidad de adaptación con la que contamos en nuestro país y que es motivo de admiración entre nuestros
Ante las posibilidades que se abren a la industria nacional del fitness en el exterior, el vicepresidente de la Cámara de Gimnasios de Argentina (CGA), Adrián Stoll, sostiene que “nunca hubo un mejor momento para dar el salto” en ese sentido, para lo cual observa que es imprescindible “actualizar las piezas tecnológicas que hoy requieren los entrenamientos físicos. Los ecosistemas digitales han ido incursionando cada vez más en la industria del fitness, algo que se aceleró con la pandemia Covid 19″, remarca.
Stoll observa que aún la asistencia a los gimnasios continúa reducida, mientras que han evolucionado “nuevas tecnologías para complementar las rutinas de ejercicios interrumpidas” y subraya que “los servicios híbridos omnicanal son el futuro del entrenamiento”.
El directivo puntualiza que la industria argentina “ya estaba familiarizada con el concepto de entrenamiento híbrido: una metodología que reúne elementos de entrenamiento personal y en línea para ofrecer a los usuarios un viaje completo de acondicionamiento físico y bienestar que se extiende mucho más allá de las puertas del gimnasio. Incluso ahora, muchos usuarios no han renunciando a sus nuevas aplicaciones, suscripciones y dispositivos portátiles”.
En medio de este panorama prometedor, a las necesidades de apoyo estatal para profundizar su desarrollo y para exportar que manifiestan los fabricantes locales, el vicepresidente de la CGA añade que los proveedores del sector también “plantean inconvenientes graves con las importaciones” de insumos.
“La transferencia de pagos al exterior se ha vuelto muy dificultosa y esto repercute en el mantenimiento del equipamiento y las instalaciones de toda la industria. No hay previsibilidad de pago al proveedor y en la actualidad se dejaron de aprobar las SIMI (Sistema Integral de monitoreo de importaciones) que son las autorizaciones para importar”, advierte.
Qué se exporta desde la Argentina
- Máquinas de musculación para gimnasios
- Equipos de fitness hogareño
- Accesorios de fitness grupal
- Elementos de boxeo y Crossfit (entrenamiento de fuerza)
- Videos y músicas para clases grupales
- Contenido digital de entrenamiento
- Equipos para rehabilitación
- Software para monitoreo de cargas
- Indumentaria deportiva