Fuente : Clarín – Antes de la pandemia, Alejandro Binay, dueño de Saturn Gym Fitness, de San Cristóbal, promediaba los 700 socios. El coronavirus lo llevó a pasar a apenas 70. Con los empleados que tenía debió “llegar a un arreglo económico para prescindir de sus servicios” cuando, en marzo del año pasado, la cuarentena obligó a suspender la actividad. Sin embargo, en noviembre decidió volver a apostar al rubro cuando se levantó la restricción. “Venía flojo y recién ahora empezaba a levantar. Frenar de nuevo es insostenible”, se lamenta Binay, en referencia a la nueva medida que dispone el cierre de los gimnasios de la Ciudad desde este martes y hasta el 30 de abril. No conforme con la decisión, presentó un recurso de amparo para evitar la prohibición.
“Soy abogado y en 2015 decidí abrir el gimnasio. Se armó un lindo grupo de trabajo pero hoy solo quedamos mi mujer y yo”, le cuenta a Clarín Binay.
Dice que en los más de 7 meses que estuvieron cerrados durante 2020 contrajeron deudas. “El servicio eléctrico lo facturaron como si el lugar hubiese estado funcionando al 100%. Debemos 250 mil pesos. Parecido pasó con el gas, el agua y el ABL”, advierte el abogado.
A pesar de eso, el 2 de noviembre, cuando volvió a estar permitida la actividad, reabrieron sus puertas. Para ello, invirtieron en reacondicionar espacios para garantizar el distanciamiento social y también en señalización, entre otros detalles, que resultaban clave para respetar los protocolos.
El gimnasio Saturn, de San Cristóbal, por la pandemia perdió más de 600 socios. Su dueño presentó un recurso de amparo. Foto: Constanza Niscovolos
“Nuestro aforo era de 36 personas por hora e incluso no veníamos llegando a ese número. Nos cuidamos mucho, seguimos todas las normas”, comenta Binay.
Sin embargo, a partir de este martes los gimnasios de la Ciudad que no cuenten con espacios al aire libre deberán cerrar. En principio, hasta el 30 de abril. Aunque el miedo de muchos es que la restricción se extienda. “Se está poniendo muy complicado. Hubiera sido más rentable cerrar y vender las máquinas antes, quise seguir apostando, pero con estas nuevas medidas no se puede”, asegura.
Según cuenta, luego de que se conociera el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 241/2021, que suspende las actividades recreativas y deportivas en espacios cerrados, presentó el amparo en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N°9 de la Ciudad.
“Lo que pido es una acción declarativa que distinga las actividades recreativas y deportivas de las de los gimnasios y que, en consecuencia, estos espacios continúen con su aforo del 30%”, explica Binay.
El gimnasio Saturn, de San Cristóbal, por la pandemia perdió más de 600 socios. Su dueño presentó un recurso de amparo. Foto: Constanza Niscovolos
Por otro lado, solicita que se declare inconstitucional la prohibición. “No está demostrado que los gimnasios sean lugares en los que se transmita el Covid 19. Por esto, va en contra del derecho a ejercer una actividad lícita”, sostiene. Y dice que también presentó una medida cautelar para que se deje sin efecto la prohibición hasta que se resuelva la cuestión de fondo.
Aclara que el alcance de la resolución del amparo es particular, pero que luego pueden adherir otros. “Formo parte de un grupo creado en pandemia, la Unión de Gimnasios Argentinos (UGA). Somos 152 gimnasios. Si sale el amparo ellos van a adherir”, remarca.
Según datos de de la Cámara de Gimnasios de la Argentina (CGA), 1.600 de 8000 gimnasios tuvieron que bajar la persiana para siempre durante 2020..
Le gustaría lograrlo pero dice no estar esperanzado. Sabe que si las cosas no salen bien, en el mediano plazo va a tener que dejar el negocio. “Si no hacen lugar a mis pedidos y el 30 de abril no llegamos a reabrir, lo más probable es que tengamos que cerrar definitivamente. Esta situación no se aguanta”, agrega.