Fuente: Clarín – ¿Cuánto tiempo caminar, trotar o correr? ¿Qué programas o funciones elegir? ¿Conviene darle una inclinación? Son muchas las dudas que surgen al subirnos a una cinta en el gimnasio.
«Debería ser usada por todos: desde el principiante, pasando por el intermedio hasta el avanzado. Y personas de todas las edades«, comenta Nahuel Kassabian, profesor de educación física de la sede Barracas de SportClub.
La cinta está preparada para que una persona pueda caminar, trotar y correr o hacer cualquier tipo de movimiento sin molestias de impacto en las articulaciones.
Por el contrario, cuando salimos a correr en la calle, al ser una superficie muy dura puede generar molestias en la rodilla o en los tobillos.
Objetivo: bajar de peso
Si una persona va al gimnasio para bajar de peso, usar la cinta le va a servir en su objetivo. Sin embargo, Nahuel no la considera imprescindible.
«También se puede reemplazar por otros ejercicios aeróbicos de la sala de musculación o por ejercicios funcionales dentro de una clase o por un entrenamiento como el HIIT«, comenta el profesor.
Cuándo, cómo y por cuánto tiempo usar la cinta
Respecto a los tiempos, lo ideal para entrenar arriba de una cinta es entre 15 y 20 minutos.
Una duda frecuente es si la cinta se utiliza antes o después del entrenamiento. La realidad es que ambas opciones son posibles.
Al principio cumple el rol de entrada en calor y podemos usarla 5 o 10 minutos en modo caminata o trote.
Al final, como cierre de rutina, sirve para generar una mayor oxidación de grasa.
«En la sala de musculación utilizamos la energía de lo que comemos la noche anterior, o en el desayuno, o en el almuerzo. Luego de usar ese combustible pasamos a nuestra propia grasa corporal«, explica el profesor.
Ante la consulta de si conviene intercalar entre varias máquinas cardio (como cinta, bicicleta y elíptico) la respuesta es afirmativa.
«Conviene para darle al cuerpo diferentes estímulos aeróbicos. Para que no se acostumbre. Es así como podemos generar mayor oxidación de grasas», señala Nahuel.
Evitar el modo «paseo»
En un video que hizo para Clarín, el profesor incentiva a hacer lo que denomina una «caminata enérgica».
Para eso, ponemos una velocidad superior a la que usaríamos, por ejemplo, al caminar en la calle. Tiene que resultar incómoda.
Por ejemplo, en la cinta que usamos para el video, con un 6,0 de velocidad estamos en una caminata bastante rápida, que nos va a ayudar a oxidar mejor las calorías.
Otra cuestión a tener en cuenta es la inclinación de la cinta, algo que depende mucho del nivel y el objetivo de cada persona. Se sugiere realizar un trote con una inclinación mínima, más que suficiente para generar un mayor estímulo en las piernas.
Programas y funciones
Según Nahuel, los mejores sistemas para hacer cardio son los modos de intermitencia, que pueden ser de menor o mayor intensidad. La mayoría de las cintas tienen este programa incluido.
Sugiere hacer un «3 x 1», es decir, 3 minutos corriendo en velocidad por 1 minuto caminando. Eso lo realizamos durante 30 minutos.
En caso de no tener ese programa en la cinta, otra opción es intercalar por tiempo. Podemos hacer 30 segundos de trote por 30 segundos con inclinación a velocidad. «Al cambiar ese estímulo, trabajamos la intermitencia», dice Nahuel.
¿Caminar, trotar o correr?
Ante la consulta de si conviene mezclar la caminata con el trote y la corrida -por ejemplo, yendo de menor a mayor velocidad- Nahuel responde que esto depende mucho del nivel y el objetivo.
«La mejor manera de hacerlo es ir variando las velocidades en todo momento, para así acostumbrar al cuerpo a distintos estímulos y poder avanzar en nuestro entrenamiento», cierra el profesor.