Fuente: La Voz – ¿Cómo les afecta este cambio institucional en el país y en nuestra provincia a los clubes deportivos de Córdoba? ¿Y, particularmente, cómo impacta en su economía? ¿Cuál es su situación actual en ese sentido y que puede suceder en el corto plazo si los precios de insumos y servicios, entre otras variables, siguen aumentando?
Aunque la repercusión de la inflación afecta a todas las entidades por igual, los clubes con más actividad social y deportiva son los que tienen que estar más alertas, en función de la cantidad de socios que cobijan, y la posibilidad latente de que algunos puedan, momentánea o definitivamente, dejar de practicar deportes por tener afectados sus ingresos.
Para saber si esto ya se está produciendo, un relevamiento en cuatro entidades referenciales de Córdoba por su amplia y variada oferta deportiva nos permite saber, en la voz de sus dirigentes, que febrero es un mes clave para tener un panorama claro sobre si habrá una deserción masiva o aislada de socios, o si estos, pese a sus bolsillos más flacos, siguen destinando una parte de sus presupuestos para nadar, o jugar al hockey, al fútbol, al rugby o para practicar tantas actividades más.
Estas son General Paz Juniors, Universitario, Las Palmas y Barrio Parque, instalados a todo lo ancho de una amplia zona sur de la capital cordobesa.
Febrero, un momento clave
“En febrero sabremos qué tendencia habrá porque comienza la actividad en todas las disciplinas”, dice Dante Felauto, presidente de General Paz Juniors. “En diciembre y en enero la pileta de natación y la escuela de verano generan ingresos al club que son de una gran ayuda para sostener la economía de la institución”, agrega.
“Es importante destacar que Juniors no tiene deudas ni sufre apremios económicos”, agrega el dirigente. Aclara, además, que todos los deportistas que representan al club tienen que pagar una cuota mensual, algo que desde hace un buen tiempo ha marcado un cambio de época, en particular con relación al fútbol: en décadas anteriores, quienes jugaban en las divisiones inferiores no debían abonar nada. Juniors, informa Felauto, tiene 1.500 socios.
Guillermo Iglesias, presidente de Universitario, recuerda que en la época de pandemia de coronavirus hubo una destacable fidelización de los socios, que siguieron pagando su cuota social a pesar de no poder asistir a la entidad. “Este mes (por febrero) será clave para saber cuál será su respuesta. Hay que tener en cuenta que comienzan las clases y los gastos se multiplican y las familias tienen sus prioridades. Tenemos que esperar”, dice.
Iglesias comenta que en la “U”, mujeres y varones practican ocho disciplinas, tanto en su histórico predio en “la Lomita” como en Siete Soles, donde se concentran el rugby y el hockey. “Tenemos cerca de 4.100 socios, entre quienes hacen deportes y quienes son exjugadores”.
Sobre el presupuesto mensual, sostiene que en diciembre Universitario tuvo un gasto de 50 millones de pesos y que a pesar de las dificultades económicas se están haciendo reparaciones en los ventanales de la pileta de natación, en el piso sintético de las canchas en Siete Soles y en el gimnasio ubicado en el mismo lugar. “La U tiene iluminación Led en todas sus canchas en Alto Alberdi. La inversión fue de 80.000 dólares en 2020″, agrega Iglesias.
Mantenimiento e inversiones de los clubes deportivos
Como ya se dijo, febrero será el mes referencial para saber qué porcentaje de la masa societaria, integrada por la totalidad de sus deportistas, vuelve a los entrenamientos con afán de competencia.
Sebastián Chiatti, vocal de Las Palmas e hijo del presidente, Hugo Chiatti, planteó los mismos interrogantes y brindó una serie de datos interesantes acerca de los números del club en distintos rubros. Dijo que el año pasado la escuela de fútbol contuvo a 800 chicos, a los que hay que agregar los 600 que juegan en sus divisiones menores. Se suman los 230 pibes que van a la mañana a la escuela de verano y los 180 que asisten a la tarde. Las Palmas, además de fútbol tiene natación, taekwondo, patín artístico, gimnasia rítmica, voleibol y básquetbol, Chiatti destaca el apoyo de la comunidad más cercana al club, pero advierte que en esta crisis “la gente priorizará el trabajo y el estudio”. “Para alguna gente el deporte podría quedar al margen”, dijo el vocal del club “azul”.
Un aporte significativo para señalar la realidad de cada institución es que Las Palmas tiene que pagar entre 2.000.000 y 3.000.000 de pesos por mes en luz, agua, gas y demás impuestos.
Algo similar plantea Francisco Aldonsa, titular del club Barrio Parque, quien elogia la respuesta siempre consecuente de la gente que por años ha seguido y sigue vinculada a la entidad, pero que remarca lo difícil que es gestionar una entidad en estos tiempos de crisis.
“El club se cierra a las 12 de la noche. Las calderas no paran nunca. Barrio Parque, que tiene 3800 socios, abona entre 3.500.000 y 4.000.000 por carga impositiva, más los servicios. Tenemos cinco medidores de energía eléctrica”, precisa Alfonsa.
Estos números generan alguna dificultad para el mantenimiento de las instalaciones, tal el caso del piso de parqué de la cancha en donde se juega al básquetbol y al voleibol y del piso sintético en las canchas de fútbol.
Barrio Parque tiene entre 120 y 130 profesores dando clases en sus 17 disciplinas. A la escuela de verano asisten 450 chicos, que son muchos, pero son menos con respecto a los 520 que asistieron el verano pasado. Su propuesta deportiva a la mañana incluye la cesión de sus espacios para las actividades de los alumnos de varios establecimientos educativos de la zona y el funcionamiento integral del profesorado en educación física del Instituto Mantovani.
Volviendo a Las Palmas, sus ambiciones no claudican ante los índices negativos de la actualidad. Sigue en evolución la conformación de su complejo deportivo de 9 hectáreas en barrio Villa Unión, que contará con cuatro canchas de fútbol con césped natural, una con césped sintético, y gimnasio de última generación y espacios para fútbol playa y básquet 3. El proyecto también contempla un establecimiento educativo para niveles primario, secundario y terciario.
En síntesis, habrá que esperar lo que sucederá en los próximos días. Es seguro que ningún socio querrá discontinuar su participación deportiva. El juego, la competencia, la presencia en una cancha promueven el disfrute y mejoran la calidad de vida. Del otro lado, el hostigamiento de una crisis persistente podría ser más fuerte y dejar a varios pibes y no tan pibes inclinándose por asuntos que, como el trabajo y el estudio, son igualmente trascendentes para sus vidas. Si esto se produce, los clubes también serán afectados.
Inquietud y alerta sobre el futuro
La faz deportiva es prioritaria en todas las instituciones adheridas a la Liga Cordobesa de Fútbol. Su rol puede expresarse según distintas variables, sobre todo la económica. Los dirigentes de las cuatro entidades consultados afirmaron que estas no tienen deudas, pero advierten sobre lo que se avecina.
Todos consideran hasta lógico el desapego de los socios de sus inquietudes lúdicas y de competencia por las necesidades de todo tipo que enfrentan en este tiempo las familias y las personas, en particular. General Paz Juniors, una entidad histórica en Córdoba, tiene 1.500 socios y no pasa zozobras financieras ni económicas. Está libre de deudas y anuncia orgulloso el funcionamiento de la nueva sala de jardín de infantes para niños y niñas de 5 años.
Barrio Parque asiste y acompaña a Brian Igarzábal, un joven con síndrome de Down que busca por todos los medios recaudar fondos para asistir al mundial de natación en Turquía, en marzo próximo. Mientras tanto, su mamá vende alfajores para sumar unos pesos. El club Verde, además, alberga, según convenios, a estudiantes de colegios cercanos para la práctica de la educación física.
Lo mismo sucede con Las Palmas, ubicado en un sector popular, pero con una comunidad claramente identificada con su club y con la práctica deportiva. Su proyecto pleno de ambición, de construir una Ciudad Deportiva en 9 hectáreas en barrio Villa Unión, contempla un instituto educativo con niveles primario, secundario y terciario.
Universitario, en tanto, bulle con sus 4.300 socios y sus innumerables disciplinas deportivas. El alcance de su obra social no se limita a lo que sucede en un campo de juego. Desde hace muchos años funciona la Escuela de Niños Deportistas en sus niveles primario y secundario, en tanto que la función formativa incluye también un profesorado en educación física.
Aun sabiendo que los estados provincial y municipal, que en la temporada pasada colaboraron con subsidios, y cuyos presupuestos también hoy se incluyen entre los afectados por la crisis, los clubes reiteran el pedido de rebajar o anular impuestos por su clara inserción comunitaria.