Fuente: Diario Democracia- Las herramientas digitales y la Big Data se convirtieron en recursos imprescindibles para la puesta a punto de un equipo que pretende competir en el máximo nivel del fútbol argentino. «El club cuenta con todo lo necesario», destacó el preparador físico del Verde, Gastón Fauceglia.
El avance de las tecnología digitales y la capacidad casi ilimitada para la recolección y el procesamiento de datos avanza sin restricciones en todos los ámbitos del mundo del trabajo.
La competencia de alto rendimiento no escapa a un fenómeno de escala mundial, que obliga de manera permanente a la hiperprofesionalización de las metodologías de entrenamiento y preparación para la máxima exigencia.
La tendencia alcanza incluso al fútbol, el deporte más popular del mundo, ese juego de destreza y fortaleza física al siempre parece caberle un resquicio para lo imprevisible, aún cuando los entrenadores, asistentes y preparadores físicos dedican horas y esfuerzo a reducir cuanto sea posible el margen de error.
En Sarmiento, la inversión en tecnología aplicada al entrenamiento se impone como una obligación, que alcanza a todos los clubes que aspiran a mantenerse en pie en la siempre competitiva Liga Profesional de Fútbol.
Como en los demás equipos de Primera División, las aplicaciones digitales y las herramientas de Big Data están a disposición de las necesidades del cuerpo técnico encabezado por Israel Damonte.
«En nuestro trabajo, hay dos aspectos fundamentales, que tienen que ver con la preparación física y la parte técnica. En la técnica, existe todo lo que es el video análisis, hay plataformas que se especializan en eso», explicó a Democracia Gastón Fauceglia, preparador físico principal del Verde.
La tecnología disponible en la actualidad ofrece a los entrenadores la posibilidad de recabar información de sus rivales referida a aspectos tácticos y situaciones de juego, como los duelos ganados en distintos sectores de cancha, la posesión de balón, la eficacia de los pases o los denominados «mapas de calor», es decir, representaciones gráficas de la ubicación de los jugadores en el campo.
En el plano físico, el acceso a la tecnología de los GPS es un requisito ineludible para los clubes que aspiran a competir en la elite del fútbol argentino.
«La tecnología está para eso, para tomar mejores decisiones y dejar el menor margen posible al azar. Nosotros llevamos un control minucioso de la actividad de los jugadores.
También se puede utilizar plataformas o aplicaciones para celulares o i-pad que sirven para medir el descanso, saber si los jugadores duermen bien. Y si hablamos del más alto nivel, también existen los anillos que miden el sueño, el estrés, pero ya son elementos de un costo mucho más alto», detalló Fauceglia, quien acompaña a Damonte desde sus etapas previas a Sarmiento, como DT de Arsenal a Huracán, aunque recién en Junín quedó a cargo del staff físico como «profe» principal, secundado por sus colegas Álvaro Apter y Joaquín Bongiovani.
Apenas arribó a Sarmiento, Fauceglia comprendió que el club contaba con «todo lo necesario» para asegurar a sus futbolistas la preparación adecuada a la exigencia de Primera División.
«El GPS es la tecnología que se usa en la elite del fútbol argentino, eso no puede faltar. Generalmente, lo tienen todos los clubes. Cuando llegamos, Sarmiento ya contaba con una empresa que los aporta. Nosotros siempre que vamos a un club requerimos contar con estos recursos. Lo básico es eso, el GPS para la parte física y el video análisis en la parte técnica. De ahí para arriba, todo es bienvenido», subrayó.
Cambios de paradigma
En su joven trayectoria, Feuceglia comprendió la transición entre los métodos de preparación física de los planteles en décadas anteriores y la actualidad, en donde la prioridad se centra en lograr «jugadores fuertes».
«Usamos tecnología en el gimnasio para medir la fuerza de los jugadores. Antes se acostumbraba a que el jugador corriera más, que desarrollara una capacidad aeróbica, y hoy quizás se trabaja más sobre la fuerza, para desarrollar la intensidad. Un jugador fuerte es un jugador que no se lesiona, corre más y gana duelos», destacó.
En esa rutina tendiente a maximizar la recopilación de información, «todo lo que sea datos influye en las decisiones que se toman día a día».
«Esto nos permite acceder a la información individualizada de cada jugador, saber cómo entrenó, si está cansado y si descansó adecuadamente. Todos los equipos de Primera trabajamos de una manera similar. Pero esto es como una receta de cocina, todos podemos tener la misma, pero lo que después hagamos con ella, va en cada uno. La tecnología, en principio, nos sirve para eso, para tomar mejores decisiones, evitar lesiones y que el jugador esté al 100% todos los partidos», reflexionó.
Lo imprevisto
Con el desarrollo acelerado de la tecnología y la Big Data, los entrenadores apuestan a estudiar minuciosamente sus potencialidades, anticipar las iniciativas del adversario y, en definitiva, reducir el margen para el error propio.
Sin embargo, aún así parece haber campo abierto para situaciones propias del azar o lo imprevisible. «Más allá de todo lo que hagamos, hay un 50% de lo que pasa que es imprevisto. Si todo dependiera en una 100% del análisis previo, tendría que ocurrir todo lo que planeamos, pero esto es fútbol», admitió Fauceglia, quien ofreció los ejemplos de José Mauri y Yair Arismendi, dos futbolistas del Verde que sufrieron una lesión de ligamentos de rodilla, en el amanecer de la temporada.
«Tuvimos dos lesiones de ligamentos cruzados en siete días y después, analizando los datos, vimos que los jugadores estaban bien descansados, bien alimentados, están fuertes, y aún así se lesionaron», afirmó el preparador físico, a la vez que resaltó que los mismos criterios aplican para los aspectos relativos al juego.
«Se puede preparar con un nivel máximo de detalle un partido y después, en la cancha, pueden pasar muchas cosas. Un jugador se levantó mal, no descansó bien, tuvo algún problema personal o el rival se levantó mejor y nada salió como estaba planeado», reconoció Fauceglia, convencido de que, aún en el tiempo en el que la tecnología de la información parece penetrar en todos los aspectos del juego, el fútbol se reserva para sí el poder de seguir escribiendo el guión de la historia con final inesperado.