Fuente: 2Playbook – El uso de dispositivos electrónicos y aplicaciones digitales permite a los clientes medir su actividad y evolución, compartir entrenamientos y conectar con otros usuarios, al tiempo que el gimnasio puede lanzar desafíos grupales para fortalecer su comunidad.
Crear una comunidad de clientes es la mejor arma para fidelizarles, y no son pocas las compañías, en especial las cadenas de gimnasios, que recurren a la tecnología para lograr este objetivo. En un sector con una tasa de rotación mensual de en torno al 10%, los centros deportivos han encontrado en la medición de resultados deportivos y el fomento de la competitividad un pilar para mantener comprometidos a sus clientes.
Los directivos del sector reconocen que monitorizar la actividad física del cliente y el dar la opción de que estos puedan compartir sus resultados ayuda, pero algunos han decidido ir más allá creando retos grupales que favorezcan la generación de comunidad dentro del club. De ahí que muchos se hayan apoyado en empresas tecnológicas para cubrir una necesidad que por sí mismos no sabían cómo abordar, pues no cuentan con tecnología in house.
Guillermo Aldasoro, director general de Myzone en Iberia, asegura que la herramienta “pretende crear comunidades, y para ello necesitas individuos conectados; está comprobado que los centros que más fidelizan son los que crean una comunidad de usuarios”. El sistema es sencillo: cada usuario utiliza un dispositivo que monitoriza la actividad y está sincronizado con su móvil.
La tecnología tiene integrado un mecanismo de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) según las cuales cada persona debe realizar al menos 75 minutos semanales de actividad física de intensidad alta o 150 minutos de actividad moderada. A medida que los clientes participan en clases de ciclo-indoor, salen a correr o realizan una sesión de Hiit, por ejemplo,la aplicación les va asignando puntos.
Los profesionales del sector afirman que este tipo de dispositivos ofrecen oportunidades tanto a los entrenadores del gimnasio como a los abonados. Por un lado, los técnicos pueden inculcar un sentido de pertenencia a través de una sana competición entre los clientes, animándolos a superarse a sí mismos. Por otro lado, los usuarios pueden descubrir cuál es su estado de forma, medir su evolución, compararlo con el de sus amigos y participar en retos colectivos.
A través de las apps se genera una red social en la que se comparten resultados y se visualizan los datos del resto, siempre que deseen compartirlo. “Empiezan a interactuar y eso genera un sentimiento de competitividad sana”.