Las canchas de fútbol 5, un boom que sobrevive a las dificultades económicas

Fuente: Cronica – Pese a las dificultades económicas, se mantienen como un rubro redituable. Quienes se dedican al rubro sostienen que la clientela suele ser constante en los complejos de fútbol.

Les siguen dando pelota a las canchas de fútbol 5, e incluso de 7, habitual escenario de partidos entre los “Messi” de barrio o de oficina, o de grupos de amigos, a cualquier hora y lugar. No obstante, la concurrencia suele variar de manera notable según el punto del país, siendo la ciudad de Buenos Aires la que refleja mayor demanda en los complejos futboleros.

Sus dueños reconocen que, generalmente, sigue siendo un rubro redituable a pesar de las dificultades económicas. Una tendencia que Federico ratifica, y asiente incluso con su cabeza, mientras se desempeña como encargado en un predio de “canchitas”, tres de fútbol 5 y otras tres de fútbol 7, situado en la calle Matheu, debajo de la Autopista 25 de Mayo, en Capital Federal.

Al respecto, el hombre deja en claro que “la gente juega más al fútbol y las canchas se siguen alquilando a buen ritmo. Eso sí, no como en las mejores épocas, pero el negocio sigue siendo rentable”.

En territorio porteño, justamente, quienes se dedican al rubro sostienen que la clientela suele ser constante en los complejos de fútbol, y al mismo tiempo diversa, puesto que en las primeras horas de la tarde suele observarse partidos jugados por chicos de entre 16 y 18 años y luego de las 19 llegan aquellos que trabajan en oficinas y quieren terminar una larga jornada laboral a pura gambeta, paredes y caños.

La noche, en tanto, es el turno escogido sobre todo por aquellos grupos de amigos que religiosamente juegan a la pelota una vez por semana. En ese sentido, Federico remarca que, “como se dice siempre, el fútbol es pasión de multitudes, y ahora hay un boom mayor por el último Mundial y la Messimanía. Por ejemplo, acá vienen pibes y grandes con la remera del Inter Miami. Y también con camisetas de todos los equipos”.

Costos en alza En la ciudad de Pergamino, provincia de Buenos Aires, se asienta Play Fútbol, cuyo dueño, Gustavo Ciuffo, afirma que “la mayoría de los emprendimientos siguen trabajando y de muy buena manera”. Sin embargo, reconoce que mantener e incluso lograr un desarrollo redituable del negocio no implica una tarea sencilla.

En referencia a esa labor, el comerciante señala: “El principal escollo que tenemos son los aumentos excesivos de las tarifas de los servicios de luz, que mínimamente alcanzan los 100.000 pesos mensuales. A su vez, del servicio de emergencias médicas, que implica unos 50.00 pesos, y de alquileres, que es lo que más cuesta, y es muy difícil trasladar todo ello al valor de la cancha”.

En la misma línea, Iván, propietario de Tifosi Fútbol, enfatiza que los complejos de fútbol “dejan rédito para quienes venimos en esto desde hace muchos años. Ahora, si arrancás de cero, es muy difícil recuperar la inversión”. El último complejo mencionado se ubica en la ciudad de Rosario, tierra de Lionel Messi, pero también del paddle, que desplazó al fútbol. Un particular papel secundario del deporte que más pasiones despierta en los argentinos y que Iván atribuye a que “antes, el último turno de las canchas era a las 24 y, ahora, a las 21.

A eso hay que agregarle que la mayoría de los costos para la manutención de una cancha se calculan en equivalencia al dólar, porque las pelotas, el césped sintético y los reflectores son importados”. Por lo tanto, cuenta Iván, “al bajar mucho la demanda, no se puede incrementar bastante el valor del alquiler.

Resulta difícil mantener el negocio, y acá en Rosario algunos colegas han cerrado y otros tantos se reconvirtieron en canchas de paddle”. Asimismo, en tierras rosarinas, el “balompié” tiene su auge entre los más pequeños, a través de las llamadas “escuelitas”.

En materia de costos, también resultan notables las diferencias a lo largo del país, y el causal de ello radica en los valores de alquiler, evidentemente superiores en la ciudad de Buenos Aires. Mientras que las canchas de fútbol 5 rondan aquí los 20.000 pesos de alquiler, en el interior diez personas pueden jugar a la pelota durante una hora por 7.000 pesos. Pero las dificultades económicas no representan para el “futbolista por una hora” un escollo que lo detenga en su camino al gol. Al respecto, Federico, encargado de un complejo de fútbol 5 y 7, resume con elocuencia que “esto va a seguir subsistiendo porque el fútbol no va a morir nunca”.

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