Fuente : TN – Los datos surgen de una encuesta realizada por IPSOS a 1004 argentinos del Área Metropolitana de Buenos Aires que hacen ejercicio al menos dos veces por semana.
Los suplementos de proteínas son un recurso valioso para complementar la dieta de quienes realizan ejercicio de dos a cuatro (o más) veces por semana, pero especialistas remarcan que no hace falta ser un deportista de alta competencia para tener un requerimiento proteico más elevado que el habitual.
La elección de alimentos, el entrenamiento, la motivación, el estilo de vida y la ausencia de lesiones son factores que contribuyen a que la persona que hace ejercicio despliegue todo su potencial y alcance sus objetivos. En ocasiones, todo esto se complementa con suplementos nutricionales que contribuyen a mejorar el rendimiento deportivo.
Si bien es un tema del que se habla poco, ya que arrastra ciertos prejuicios y desinformación, los resultados de un relevamiento realizado por la encuestadora IPSOS a 1004 argentinos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que hacen ejercicio al menos dos veces por semana, arrojó que 7 de cada 10 consideran que los suplementos de proteínas son buenos complementos para la actividad física.
Hasta hace poco, éstos eran consumidos principalmente por atletas de competición o deportistas profesionales, pero en la actualidad eso ha cambiado y su uso crece cada vez más entre personas que llevan una vida activa, cuidan su alimentación, realizan ejercicio dos, tres o cuatro veces por semana, pero con fines recreativos o en busca de una vida más saludable.
Cerca de la mitad de los encuestados (entre 5 y 6 de cada 10) consideraron que estos productos son para quienes realizan actividad física intensa, pero entre 3 y 4 sostuvieron que son para cualquiera que realice algún tipo de deporte, mientras que 3 de cada 10 afirmaron que son para todos, para cuidar la salud en general, por lo que claramente la percepción sobre su uso y sus beneficios ha ido evolucionando con el tiempo.
Entre los encuestados que mantuvieron su nivel de actividad física durante la pandemia, primó la actividad aeróbica (running, caminata o bici, en un 47%), seguida por musculación, gimnasia con complementos, aparatos y pesas (30%), entrenamiento físico (modeladora, spinning, en un 25%), yoga, pilates, disciplinas físicas y mentales (24%), y zumba y baile (12%).
Respecto de su estilo de vida, 1 de cada 2 encuestados refirió que la actividad física lo reconforta y hace que se sienta más saludable, al tiempo que afirmó que se esfuerza por incorporar alimentos y bebidas saludables, controlando la ingesta de calorías y proteínas, pero sin sacrificar pequeños placeres.
Entre los encuestados, se identificó que consumen estos suplementos entre 3 y 4 de cada 10 de quienes realizan ejercicio al menos 2 veces por semana, cifra que asciende al 44% entre quienes se mueven al menos 4 veces a la semana. El 63% de los consumidores era hombres, mayoritariamente de entre 25 y 40 años (77%), casi 6 de cada 10 (57%) son de nivel socioeconómico ABC1 y el 71%, es omnívoro.
Quienes consumen o consumieron estos suplementos buscaban mejorar su rendimiento, incrementar su energía y ganar masa muscular. En más de la mitad de los casos, comenzaron a hacerlo por recomendación: el médico o nutricionista (55%) es el principal consejero y la fuente de información considerada más confiable. Detrás, lo siguen el entrenador físico (45%), familiares, amigos o colegas (29%) e influencers (6%).
Con Bienestar habló con Facundo Crescenzo (M.N. 6.796), licenciado en Nutrición y antropometrista Isak 3, quien explicó: “En una pechuga de pollo, hay alrededor de 50/60 gramos de proteína. Supongamos que una persona almuerza y cena pechuga (o la carne que quiera), ya ahí tenemos al menos 100 gramos de proteína. Y esta persona tiene que llegar a 140 diarios, pero falta el aporte proteico del desayuno, la merienda, las colaciones y las verduras. En general, con nuestro tipo de alimentación, alcanzamos el requerimiento proteico. Yo recomiendo los suplementos proteicos para las personas que ejercitan y que trabajan afuera de sus casas, a quienes se le complica conseguir alimentos con un aporte proteico lógico. Están buenos para reemplazar comidas ya que no aportan nada distinto que los alimentos. No son indispensables para el deporte, aunque sí están buenos para equilibrar la alimentación de quienes no están tan ordenados con su plan alimenticio. Son un buen aporte calórico y fáciles de digerir”.
Por su parte, Cecilia Martinelli (M.N. 3.447), licenciada en Nutrición, docente de la Universidad de Belgrano e integrante del Comité Científico de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND), sostuvo: “Llevar a cabo una alimentación completa, equilibrada y que logre cubrir todos los requerimientos nutricionales puede ser un verdadero desafío. Por eso, el uso de suplementos dietarios puede ser una herramienta muy útil para aquellas personas activas, que desean mejorar su rendimiento deportivo, su composición corporal, evitar lesiones y retrasar el envejecimiento”.
Los suplementos contienen proteínas de alta calidad y una combinación de nutrientes funcionales que colaboran en el fortalecimiento general y el desarrollo muscular del cuerpo. La carga proteica nutre los músculos y contribuye con la recuperación y la prevención del desgaste.
Además, aportan colágeno que ayuda con el fortalecimiento de los tendones y articulaciones. La vitamina D colabora con la mineralización y fortalecimiento óseo, refuerza el sistema inmune y estimula la absorción de proteínas en el músculo, potenciando su desarrollo.
“Sumar colágeno, calcio y vitamina D a un suplemento de proteínas potencia el efecto de sus componentes, contribuyendo a mejorar la función muscular y osteoarticular”, agregó Martinelli. En la misma línea, Fernanda Garat (M.N. 3.652), licenciada en Nutrición, especializada en Deporte y Actividad Física, consideró que “la inclusión de estas sustancias puede contribuir a lograr ingestas suficientes y en función de ello lograr la sinergia que sucede en el cuerpo entre los distintos nutrientes”. En ese sentido, explicó: “La cantidad total de proteínas que necesitamos en un día varía de persona a persona, dependiendo de la edad, sexo, tamaño corporal, estado de salud, actividad física y ejercicio”.
Quienes realizan ejercicio dos, tres o cuatro veces por semana pueden tener necesidades nutricionales diferentes dependiendo de la intensidad y duración del ejercicio, la disciplina deportiva, el momento de la temporada, la edad, la forma física y el ambiente externo. La ingesta recomendada para mantener la masa muscular con un equilibrio proteico positivo puede estar entre 1,2 y 2,2 gramos de proteínas por kilo de peso corporal al día, frente a los 0,8-1 gramos que precisan las personas que no hacen deporte.
Ciertamente, una dieta variada y regular podría potencialmente suministrar las proteínas necesarias, pero -para las especialistas- los suplementos proteicos “son una forma práctica de asegurar una ingesta de calidad y en la cantidad adecuada, tanto para mantener un buen estado de salud como para mejorar y maximizar el rendimiento deportivo”.
De todos modos, tal como aclaró Martinelli, para obtener los mejores beneficios del uso de suplementos dietarios, “estos deben formar parte de un estilo de vida saludable y ser consumidos en el contexto de una alimentación balanceada, porque no reemplazan una buena alimentación, sino que son buenos aliados para optimizar la salud y cubrir los requerimientos de quienes por estilo de vida o elevadas demandas no logran alcanzar las recomendaciones”.
“Aunque la actividad física sea recreativa, para potenciar el bienestar hay que propiciar que la alimentación sea completa, suficiente, variada, segura, posible y específica. Comer bien no se aprende de un día para el otro y, en ese sentido, el seguimiento profesional puede ser de gran ayuda para personalizar un entorno saludable que incluya ejercicio y alimentación, pero también una adecuada hidratación y un buen descanso”, concluyó Garat.