Fuente: Página12 -La metodología que aplica Argensun entre sus equipos de trabajo. La compañía rescata de actividades como el fútbol y el rugby las relaciones dentro de la cancha, para luego sumarlas como ejemplo interdisciplinario.
«En el Mundial de Qatar nos dimos cuenta que había un equipo con muchos jugadores nuevos, y para mí se notaba que el éxito no era Messi, sino que fue el equipo que lo respaldaba para que él se pudiera destacar», con esas palabras, Pablo Tamburo, gerente general de Argensun, empresa global de alimentos saludables, líder en girasol confitero, refleja el valor que el deporte tiene para ellos.
La compañía elige el juego para concientizar a sus empleados de lo que se puede conseguir en conjunto. «Nosotros armamos videos de partidos de fútbol donde se ve la comunicación entre jugadores para llevar adelante una acción, y eso puede ser aplicado perfectamente entre compañeros de trabajo para llegar a un objetivo», describe Tamburo.
El directivo practicó actividad deportiva de chico, que le fue inculcada por la familia: «En el colegio también practicábamos deportes de conjunto. Todo eso que uno recibió de pequeño se fue convirtiendo en un vicio, en una necesidad. El cuerpo se acostumbra a ese desgaste diario, y uno se va metiendo en un círculo que pasa a ser parte de la formación».
Los comienzos de Tamburo fueron con el rugby, pero por una lesión lo tuvo que abandonar. En ese momento, él empezó a buscar un pasatiempo para poder realizar y se volcó al running. «Es fácil de entrenarlo, me servía para bajar la adrenalina del trabajo, y lo podía equilibrar mucho con la familia. Me inicié con las carreras de calle, de diez kilómetros. Pero con el tiempo me empezó a quedar corto, fui migrando a carreras de aventura, y terminé con el triatlón, en donde se combinan varias disciplinas», explica.
El entrenamiento de Tamburo es de seis veces por semana, y para lograrlo quita horas al sueño y también a su familia. De todas maneras, su círculo íntimo lo acompaña en esta decisión y le brinda el respaldo necesario. «Para mí es como una terapia. Mi mujer no es deportista, pero sabe que el deporte me permite lograr el bienestar necesario», remarca.
El CEO de la empresa posee dos títulos universitarios, y se formó en compañías de telecomunicaciones. Las firmas a las que estuvo vinculado fomentaban mucho el deporte, e inclusive una lo veía como un gran beneficio. «Nos contrataba -amplía el protagonista- un personal trainer que nos llevaba a correr en el horario del almuerzo. Ellos nos anotaban en las carreras y representábamos a esa empresa. En el lugar donde estoy ahora (Argensun) los fundadores son fanáticos del deporte y armaron una cancha de fútbol».
El desembarco de Tamburo en la compañía agropecuaria se dio a partir de que estaba buscando un cambio de rumbo, ya que venía del sector tecnológico. «Después de tantos años me quería volcar al agro, ya que el mercado exportador me interesó mucho. La oportunidad apareció porque esta empresa familiar quería profesionalizarse, y en el trabajo anterior yo había hecho una tarea parecida», cuenta.
La firma creó la marca Pipas, ya que esta es una empresa de girasol confitero, que no tiene nada que ver con el aceitero. El confitero es un snack y se consume mucho en el mundo. «Es como el maní para nosotros. La empresa vio eso como una tendencia internacional, y quisieron desarrollar una marca en Argentina. El nombre surge porque en España, al girasol confitero se lo llama Pipa. Entonces acá se logró la marca y también el genérico», señala Tamburo.
En el programa Cebollitas (serie de televisión argentina infantil emitida entre 1997 y 1998), Pipas era auspiciante, y lograron que mientras se grababa, en algunas escenas se coma ese producto. A partir de ahí se lo relacionó con el fútbol, y se vende ahora en todas las canchas. «Las Pipas están muy relacionadas al deporte, ya que es un alimento muy nutritivo, y se puede comer de diferentes maneras: crudo, pelado, salado o dulce», comenta.
Y va más allá: «Gran parte del éxito de la empresa Argensun en un proceso de transformación cultural hacia una compañía profesional, fue siempre ponernos el ejemplo del deporte. Hacemos hincapié del trabajo en equipo, y de que este es un eslabón de la cadena de abastecimiento. En las charlas que hacemos para transmitir la estrategia de la empresa, siempre ponemos el ejemplo del deporte. La gente lo tomó muy bien y lo ven mucho más tangible».
El debut frustrante de la Selección Argentina en el Mundial también fue una inspiración para ellos, ya que «ver cómo se unieron y se levantaron luego de la derrota en el primer partido fue extraordinario. Eso trasladado a una empresa provoca que logre muchas ventajas favorables sobre otras compañías, que no logran inculcar esto del trabajo en equipo y poner ejemplos con el deporte. El factor más exitoso de Argensun fue saber jugar en equipo, cuando anteriormente no lo estaba logrando».
La sociedad, en la rama del fútbol, tiene presencia de publicidad estática en muchos clubes importantes, y al mismo tiempo aporta productos para los deportistas. También está presente en las maratones, para que los corredores puedan ingerir semillas en lugar de otra sustancia, y en el rugby. «Creemos que en los clubes de barrio es donde se generan la generación de Pipas. Como la gente de 40 años o más se crió comiendo Pipas, ahora tenemos el desafío con las nuevas generaciones», añade Tamburo.
En los lugares donde los chicos hacen deporte, como las escuelas de fútbol o las sociedades de fomento, es el sitio donde la firma le apunta para que comiencen a conocer sus productos. La intención es llevar las Pipas a la Región, a lugares como Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay y posiblemente Perú.
«A mí me encantaría llevar la marca Pipas a carreras internacionales. Por ejemplo, llegar a un país donde se organice una maratón importante, que Pipas pueda llegar a estar sería grandioso. Ese es un proyecto que tenemos que desarrollar», se ilusiona.