Fuente: La Crítica – Los deportistas representan un colectivo que corre un riesgo más elevado de sufrir accidentes oculares. Además, tienen necesidades especiales en cuanto a que precisan de una visión de alta definición y un sistema de corrección óptica que debe ser práctico. Defectos de refracción como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo suponen una molestia al exigir una elevada dependencia de los lentes, que resultan molestos al practicar actividad física.
Según el tipo de deporte que se practique, existen riesgos específicos para la salud visual:
– En la natación se deben prevenir irritaciones oculares además de infecciones, que pudiera ocasionar el cloro de las piletas.
– En los deportes de contacto como el rugby, boxeo y artes marciales, es importante llevar la protección adecuada para evitar golpes y contusiones directas en los ojos.
– En los deportes con uso de pelotas u otro tipo de objetos que se desplazan a gran velocidad estos pueden ocasionar lesiones oculares, y es necesario adoptar medidas de protección específicas. En ocasiones, dichas contusiones pueden derivar en patologías oculares graves como desprendimientos de retina.
– En cuanto al atletismo y deportes al aire libre, existe un riesgo de quemaduras solares en la córnea o que se introduzcan cuerpos extraños como arena.
Algunos deportes requieren una elevada precisión visual, como las disciplinas de tiro. Ésta puede verse alterada por problemas oculares que distorsionen la puntería como es que se afecte la visión binocular, la fusión y la capacidad de respuesta visual. Algunas de estas alteraciones no se perciben en las fases precoces o iníciales, aunque afectan al rendimiento.
Además, para obtener ciertas licencias federativas, como pueden ser las licencias automovilísticas o de tiro olímpico, es necesario someterse y aprobar ciertos exámenes visuales. Dichos controles visuales específicos evalúan parámetros como la visión estática, la dinámica y la periférica, además de la motricidad ocular.
Cómo proteger su visión
Protección contra los rayos del sol
El uso de lentes de protección solar es necesario para prevenir daños oculares causados por los rayos UVA y la luz azul del sol. Es necesario protegerse con anteojos con los cristales tintados y homologados para prevenir daños en el cristalino, la retina y la mácula.
Los traumatismos oculares son la causa principal de ceguera en los niños. El uso de lentes de protección deportivas es esencial para prevenir dichos traumatismos. Deben de ser de policarbonato y disponer de la protección ultravioleta; así como de la certificación necesaria para el deporte en cuestión.
Uso de lentes de contacto
El uso de lentes graduados convencionales no constituye una protección adecuada para los ojos al practicar deporte. Por eso, es necesario o bien el uso de anteojos protectores específicas graduados o el uso de lentes de contacto con gafas protectoras específicas sobre las mismas.
Aunque el uso de lentes de contacto ofrece una mejor visión periférica, evita empañamientos y limita en menor grado el campo de visión, nunca deben usarse por sí solos sin protección adicional, ya que en caso de traumatismo podrían suponer un mayor peligro para la visión.
Las lesiones provocadas por traumatismos oculares pueden conllevar daños superficiales como contusiones, derrames, lesiones en la superficie de la córnea como abrasiones corneales, inflamaciones (iritis, edema macular). Y también lesiones más profundas como perforación corneal, fracturas de los huesos de la órbita o desprendimiento de tejidos oculares (desprendimiento de retina, desprendimiento de vítreo) entre otros.
Frente a cualquier tipo, es necesario consultar a un oftalmólogo de urgencias. Algunos de los síntomas más frecuentes son: ojo rojo, edema importante de los parpados, pérdida transitoria o permanente de la visión, dolor, moscas volantes o miodesopsias y fogonazos de luz o fotopsias.