A pesar que durante 10 años Brasil fue el mayor exportador de futbolistas hacia los clubes de Europa, donde se concentra el negocio de transferencias del fútbol mundial, desde 2011 la Argentina mantiene el liderazgo. Gerardo Molina, especialista en Marketing Deportivo y creador del sistema de medición lo explica en este informe.
Argentina sigue siendo un expulsor permanente de jugadores porque eso es lo que permite que dirigentes, intermediarios y jugadores consigan utilidades de modo vertical con libertad de mercado.
Gerardo Molina dio a conocer el ranking de exportación de jugadores en América Latina en su versión 2021, a través del informe anual que elaborada la agencia Euromericas Sport Marketing denominado «Football Player Exports 2021».
Según el informe publicado, la semana pasada en Alemania, la Argentina exporto un total de 3.234 jugadores, en tanto Brasil lo siguió con un total de 3115.
Entre quienes partieron, un 82,5% lo hizo rumbo a las cinco ligas europeas mas importantes: España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia y el resto se dividió entre ligas menores de ese continente y crece la tendencia entre los destinos antes considerados atípicos y hoy cada vez más rentables, como Rusia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, explica Euromericas Sport Marketing.
En 2021, se movieron más de US$ 176 millones de dólares en exportaciones desde la Argentina, ante la danza de millones que es aun mayor si se considera el mercado legal e informal, hay una tendencia que ha seguido comparada con el mismo periodo del año anterior que es el aumento de la exportación de jugadores cada vez más jóvenes y a más alto costo de venta. (Subió en el mismo periodo un 22%).
En los últimos cinco años, notamos que la mayoría de los transferidos no llega a la primera división argentina, son menores de edad salidos de las inferiores. Quizás el caso más emblemático sea Lionel Messi, quien ingresó a las filas del Barcelona en su temprana adolescencia.
Gerardo Molina asegura: «Las transferencias al fútbol internacional se han convertido en motor financiero de los clubes argentinos, la mayoría con deudas millonarias. Se mueven en el corto plazo: si tienen una oferta de un club extranjero, no la desaprovechan porque no saben si años después ese jugador valdrá lo mismo. Puede valer más o menos, pero no se puede arriesgar».
Las ligas europeas reciben más recursos por los derechos de televisión, marketing y abonos de asociados, los clubes en América Latina, dependen de la venta de sus jugadores como principal activo (con la excepción de lo que está realizando Brasil y también México).
«Los equipos argentinos tienen dentro de sus presupuestos la previsión de las ventas de jugadores, que termina siendo parte del patrimonio del club que lo descubrió o lo compró dentro del mercado local. En esa venta, todos ganan. El equipo o los dueños de los derechos de pase reciben gran parte del dinero, pero también el jugador, que se queda con 10% de la transacción, además de otros intermediarios», asegura Molina.
También se debe pagar porcentajes por derechos de formación a los clubes anteriores, donde el jugador haya recibido entrenamiento, lo que no siempre se cumple, dado que muchos jugadores se forman en academias privadas.
Gerardo Molina remarca que «el secreto del fútbol argentino pasa por ahí, sin embargo, ese trabajo se esfuma detrás de las ofertas internacionales. Por eso, la salida de los jugadores a temprana edad se convirtió en un atajo engañoso en cuanto a los beneficios aporta plata para hoy y desidia para mañana. Se puede decir que va en contra de un fútbol local de calidad y puede alterando los niveles de pasión por el futbol de la sociedad».
Fuente: Marca