Fuente: Cmdsport – RockFit ha abierto sus puertas en Barcelona con una propuesta de entrenamiento personal en la que los objetivos se cumplen pasando retos al más puro estilo escape room o parque de aventuras, todo apoyado en tecnología e inteligencia artificial.
Un gimnasio con apariencia de parque de aventuras y en el que se cumplen retos con esencia de escape room. Esta es la carta de presentación de RockFit, la nueva propuesta de centro fitness que acaba de abrir sus puertas en Barcelona, con el objetivo de convertirse en cadena y crecer dentro de la ciudad condal y por la geografía española.
Su impulsor es Javier Beltrán, socio-director de expansión de la cadena de centros de Escape Room The Rombo Code, quien se adentra en el sector del fitness con una propuesta que huye del gimnasio convencional. “Me gusta practicar ejercicio físico pero soy de esas personas que no cumple con las rutinas fijadas en los gimnasios convencionales, lo cual me llevó a inspirarme en el escape room para crear RockFit”, explica.
El centro, que se ubica en la calle México, cerca de la Plaza España de Barcelona, cuenta con una superficie de 150 m2 divididos en dos plantas, en donde no hay rastro de equipamiento fitness ni máquinas de gimnasio convencionales. En su lugar, una pared de escalada de 5 metros de altura y otras 8 instalaciones que forman un circuito que los usuarios completan en sesiones de una hora.
Retos y tecnología
“Hemos concebido el entrenamiento como una serie de juegos que el usuario va completando, mientras trabaja todos los grupos musculares”, apunta Beltrán. Así, una sesión básica empieza por un calentamiento, para pasar a escalar la pared y hacerse un selfie en la cumbre, siguiendo con un circuito de obstáculos en el suelo, así hasta nueve juegos distintos.
Los juegos han sido diseñados basándose en los conceptos de la empresa de entrenamiento personal KeepOnTraining @keepontraining con el objetivo de trabajar la fuerza, el equilibrio, la resistencia, la agilidad y la coordinación, pero desde la vertiente de la diversión. Un entrenador licenciado vigila que se realicen los movimientos correctos durante la sesión, mientras que los usuarios deben calibrar el nivel de esfuerzo y de diversión que les ha generado cada reto.
Para personalizar los entrenamientos, cada usuario es provisto con una pulsera, donde se cargan datos como la edad, condición física, historial de lesiones y un registro del tiempo que tarda en cumplir cada reto. Los sensores ubicados en todo el equipamiento recogen los datos de esfuerzo y tiempo aplicado, que son enviados a la pulsera para calibrar el siguiente reto.
La empresa colabora con la Universidad Internacional de La Rioja para el desarrollo del sistema de inteligencia artificial que permita adaptar los juegos en tiempo real a la exigencia y nivel que presente el usuario. Proyecto que se encuentra actualmente en fase de recopilación de datos y creación de algoritmos y que Rockfit espera poder ofrecer en poco tiempo.
Co-working
El club cuenta además con un espacio de co-working ubicado en la planta baja del local con el que esperan atraer a trabajadores que “completen su jornada laboral en nuestro centro y además se entrenen”.
El centro cuenta con 150 m2 de superficie divididos en dos plantas. En la planta superior se ubica el equipamiento de entrenamiento, mientras que en la planta baja se ha diseñado un espacio para co-working.
Si bien todavía en Argentina no hay establecimientos de este tipo, seguramente pronto alguna cadena de gimnasios incorporará este formato.